Prepara un espacio cómodo y relajante para el sueño de tu bebé.
Mantén horarios regulares para acostar a tu bebé.
Incluye actividades relajantes como un baño o una canción de cuna.
Asegúrate de minimizar ruidos y luces fuertes durante la noche.
Distribuye las siestas de manera equilibrada durante el día.
Comparte momentos tranquilos antes de acostar al bebé.
Resuelve tus dudas sobre el sueño infantil.
Si tu bebé tiene dificultades para dormir por la noche, intenta establecer una rutina relajante antes de acostarlo. Mantén las luces bajas, evita ruidos fuertes y limita las interacciones estimulantes. La consistencia es clave para ayudar al bebé a entender la diferencia entre el día y la noche.
Aunque puede ser tentador dejar que el bebé duerma en el cochecito o portabebés, lo más seguro es que duerma en una superficie plana y firme, como una cuna o moisés, especialmente durante las siestas largas o la noche. Siempre sigue las recomendaciones de sueño seguro.
Cada bebé es diferente, pero generalmente los bebés comienzan a desarrollar patrones de sueño más largos entre los 3 y 6 meses. Es importante recordar que el sueño nocturno ininterrumpido puede variar según el bebé.
Para reducir el riesgo de SMSL, coloca a tu bebé a dormir boca arriba en una superficie firme. Evita cobijas sueltas, almohadas o juguetes en la cuna, y asegúrate de que la habitación no esté demasiado caliente. El uso de un saco de dormir en lugar de cobijas es una opción más segura.
Sí, es completamente normal que los bebés se despierten varias veces durante la noche. A medida que crecen, desarrollan la capacidad de dormir durante periodos más largos, pero esto toma tiempo y varía de un bebé a otro.
La seguridad durante el sueño es fundamental para el bienestar de tu bebé. Aquí tienes algunos consejos importantes para garantizar un entorno de sueño seguro: